lunes, 2 de mayo de 2016

ACEPTAMOS LA REALIDAD TAL Y COMO NOS LA PRESENTAN

Yo voy a hablar acerca del dinero.
Cuando surgió la división del trabajó surgieron paralelamente los intercambios comerciales. Un individuo poseía un bien que interesaba a otro y éste, a su vez, tenía uno que satisfacía la necesidad del primero, lo que finalmente acababa materializando el intercambio.

El problema del trueque era la dificultad para encontrar un individuo que tuviese una necesidad que pudiera ser satisfecha con un bien que tuviésemos en posesión nosotros. Por este motivo, era necesario buscar un bien intermedio demandado por la mayoría de comerciantes que tuviese una cierta utilidad para la mayoría de individuos y que, además, fuese fácil de transportar. Los individuos habían creado, sin saberlo, el dinero.
El bien por el que se decantaron la mayoría de individuos como medio de pago fue el oro.
Para facilitar los pagos ya que el oro era muy pesado, los bancos emitieron billetes que actuaban como promesas de pago firmadas y que debían entregar a su portador la cantidad de oro que en ellas se indicaba. Con el tiempo, los papeles que actuaban como promesas de pago por parte del banco se convirtieron en los propios medios de pago.
En definitiva, así, sin más, aceptamos que esos papeles con los que convivimos día a día es la forma que tenemos para conseguir lo que queremos, es decir, aceptamos la realidad de que el dinero tiene un valor tal y como nos la presentan.
No nos paramos a pensar que habrá detrás de cada billete o de cada moneda que vemos ni tampoco nos preguntamos quien lo controla todo.
Aceptamos que esos papeles valen distinto según el color que tengan, y eso por qué? porque es una realidad impuesta, algo que toda la sociedad ha aceptado y por tanto es lo que funciona. 

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